miércoles, 17 de febrero de 2010
Loving my enemy
Konnichiwa Aqui os pongo un fic que escribi con Yuuki,(si yo tambien me llamo Yuuki) XD
Titulo: Loving my enemy
Autores:(♥~ yUuKi ~♥) & Yuuki
Pareja: Takachii
Género: asdasdasd emm ♥Yuuki♥ dice 'Lemon futuro *¬*' - Slash, AU
Extensión: Serial
Takaki
Chinen
Capitulo 1
Cinco años atrás un ladrón entro al castillo escalando hasta mi habitación tan solo tenia 14 años y aunque me enseñaran como defenderme el miedo me gano y me quede perplejo al ver aquella daga en su mano. Pero antes de que me hiciera cualquier daño, en medio de la oscuridad vi a alguien acercase y tomarlo para golpearlo. Esa noche no pude dormir y a la mañana siguiente supe que aquel ladrón no era más que un asesino que había sido enviado a asesinar a mi padre, el Rey de Lanvaldear pero por equivocación entro a mi alcoba y para guardar mi silencio quiso tentar contra mi vida.
Nunca olvidare su rostro cuando lo amarraron a la ahorca, como me miro con odio antes de que su vida terminara. Y ahora aun sueño con aquel día. Algunos pensaran que ser el hijo del rey es algo muy privilegiado pero lo que no saben es que mi vida siempre corre peligro y por tal no me dejaban salir del castillo hasta cumplir los 19 años.
Era una hermosa mañana, quería disfrutar del aire fresco así que fui por mi caballo y salí del castillo a regaños de mi madre que siempre temía por mi vida.
Pase por el pueblo observando lo divertidos que se veían los niños jugar. Como les envidiaba, nunca en mi infancia tuve un amigo con el cual jugar. Muchos se me quedaron mirando y otros me saludaban. Las chicas me miraban y sonreían con timidez.
Sin rumbo alguno seguí mi camino saliendo del pueblo para adentrarme al bosque. Los sonidos de los pájaros cantar le daba un ambiente relajante. No sé si era bueno alejarme cada vez más del castillo. Desde mi alcoba siempre miraba lo extenso que era el bosque y si por alguna razón me adentraba mas podría perderme. Conocía los límites del reino pero aun así quise salir, lo necesitaba.
Albrecht se asusto cuando algo se movió entre la sombra de los arboles. Lo acaricie para que se tranquilizara pero no daba resultado. Sonidos extraños provenían de un arbusto y asustado Albrecht comenzó a correr. Me sujete fuerte de el para no caer. No lo niego, estaba asustado y si aquella cosa venia detrás de nosotros no quería que mi caballo se detuviera hasta perdernos.
Estaba perdido, Albrecht se fue deteniendo de a poco, al parecer lo habíamos perdido de vista fuera lo que fuera. Ahora si que no sabia como volver. Escuche correr agua, al parecer estábamos cerca de un rio. Me baje del caballo y juntos caminamos hasta salir del bosque. Había una gran cascada. El agua era tan cristalina como nunca la había visto. Sujetando a Albrecht de las riendas nos acercamos a la orilla del rio. Podría ver el reflejo de mi rostro y los peces moverse entre las piedras.
-Albrecht ven, toma agua – le indique a mi caballo. 10 años a mi lado me habían hecho tomar un gran cariño por el. Se podría decir que era mi único amigo en quien podría confiar.
Hacía calor, me quite la capa dejándola a un lado de las rocas junto con mis botas y arremangue mis pantalones. Toque el agua con mis pies, estaba muy fría pero refrescante. Miraba a los pequeños peces acercarse a mi pies, trate de tomar uno pero huyeron tan rápido al meter las manos al agua que solo alcance a rozarlo.
Albrecht comenzó a alterarse y supe el porque, desde el fondo del bosque algo venia hacia mi. Corrí hasta mi caballo pero lo que fuera salió de los matorrales. Trate de escapar pero una voz me hizo voltear.
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Cansado de que siempre me vean como un niño esa tarde discutí con mi padre, tenia que demostrarle a como de lugar que yo no era el niño que siempre creía, aquel chico tímido y obediente que todo lo que hace tiene que ser a costas del rey el cual era mi padre.
-Señorito, su ropa esta lista hoy tiene clase de equitación.- dijo una de las empleadas muy sonriente.
-Está bien - le respondí y cogí mi ropa para cambiarme.
Mi padre siempre le pedía a la servidumbre que me cambien ellos la ropa, ni que fuera yo un niño, al final como nunca me dejaba término aceptando que lo haga yo solo.
Ganas no tenia de ir a la clase, así que decidí faltar a ella, sabia que después mi padre me regañaría pero no me importaba, tenia que demostrarle a como de lugar que no siempre iba a ser el hijo protegido del rey; como me fastidiaba eso, así que fingiendo que iba a la clase, ni bien subí al caballo le di una palmada haciendo que el empezara a correr lo mas rápido que podía, el profesor empezó a gritar como un loco y muchos empleados corrieron detrás mío tomando sus caballos intentado alcanzarme, eso solo hizo que mi caballo corriera mas rápido aún y yo disfrutara del momento.
Lo que mas me iba a hacer disfrutar era ver la cara que le quedaría a mi padre después de esto, claro mi plan tampoco salió a la perfección cuando me di cuenta de a donde había llegado con el caballo, no conocía el lugar, me había perdido! ahora si que no sabré volver al castillo. Había estado tan concentrado pensando en la cara de mi padre que el tiempo también se paso volando mientras el caballo iba sin rumbo a toda velocidad llegamos a un bosque y decidí parar, en eso vi que un jabalí descansaba bajo un árbol.
-y si ataco al jabalí? esa seria una buena manera de demostrar a mi padre que ya soy un hombre! no el niño que se piensa que soy - así que dispuesto a cazarlo me acerque a paso firme hacia el jabalí y lo apunte con una de las flechas que llevaba en mi espalda , el jabalí al verme huyo despavorido pero eso no me importo, al contrario esto seria un verdadero reto! con mas ganas tenia que coger a ese jabalí, cogí al caballo de nuevo y corrí detrás del jabalí que se metió entre el bosque. Baje del caballo y corrí lo mas rápido que pude tirándole flechas pero el jabalí las esquivaba con mucha rapidez, pasaron varias horas y no había manera de cogerlo, como no lo casé demostrare que tan solo soy un niño como se piensan. En eso vi que el jabalí corría hacia un muchacho alto. Sin pensarlo corrí lo mas rápido que me dieron mis pies y apunte con fuerza dándole al jabalí!
- lo conseguí! -grite emocionado. Le tire unas cuantas flechas más y el jabalí cayo al suelo, a lo cual me acerque al chico preguntándole si estaba bien.
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Me quede perplejo al ver al animal convulsionando y a un chico mas bajo salir de entre los árboles. El animal se quejaba a horrores pero el chico parecía estar feliz por eso, no dejaba de festejar saltando mientras sonreía. Me pregunto si acaso estaba bien, pero como estarlo? Un jabalí por poco me ataca y estoy perdido en medio del bosque.
Ya no podía ver sufrir más a ese animal. Me acerque a Albrecht sacando mi espada y se la enterré al animal que dejo de quejarse pero el chico me miro un poco molesto. No le dije nada después de todo agradecía que apareciese sino ya no se lo que hubiera pasado conmigo.
-quien eres? – le pregunte para salir de las dudas quizás el podría saber como salir de este inmenso bosque y volver al castillo.
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Cuando me acerque al chico alto, el solo se limito a mirarme de forma extraña y clavo su espada en mi presa.
-No puede ser! ahora como me llevo al jabalí de esa manera, no me van a creer que le tire flechas y luego le clave una espalda porque no traje la mia.- en eso el chico me pregunto que quien era, no quería decir que era el hijo del rey de Luvinagard, así que solo le dije mi nombre.
-Me llamo Yuri, un gusto en conocerte.- le dije estrechándole la mano, cosa que el chico hizo también -Y tu como te llamas?.- pregunte curioso. Se me había hecho extraño que un chico esté solo en este lugar tan desierto.
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Extendió su mano para estrecharla con la mía cosa que respondí.
-Yuya – lo mire detenidamente, nunca lo había visto, tenia ropas bordadas como las mías.
Desde el bosque se volvió a escuchar un ruido, alce la mirada y de entre los arboles salió un caballo blanco como el mío. El chico se le acerco y lo acaricio mientras le sonreía. Me sentía extraño así que deje de mirarlo y me acerque a las rocas para tomar mis botas.
-sabes como salir de este bosque? – le pregunte.
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El chico me respondió sin dejar de mirarme, en eso salió mi caballo por entre los arboles, pude notar que aquel chico no dejaba de mirarme pero al poco dejo de hacerlo y se puso sus botas, en eso me pregunto como podríamos salir de aquel lugar, la verdad es que ni yo lo sabia.
-No lo se, estoy perdido - dije con tono de preocupación mirando por todos los lados además de que este lugar era peligroso y no parecía ser mi reino y por como veía al chico tenia un semblante de preocupación - Que te parece si buscamos un lugar para refugiarnos, ya esta oscureciendo, si nos ponemos a salir de aquí se nos hará de noche y será peor, mejor esperar hasta mañana y a primera hora emprendemos camino ne? - le pregunte al chico el cual volvió a quedarse mirándome.
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Solo lo mire, tenia prisa por salir de aquí pero tenia razón, si caminábamos a plena noche en medio del bosque quizás seria mas peligroso. Tome a Albrecht de las riendas y comencé a caminar. Estar cerca de la catarata no seria bueno en plena noche. El chico me siguió sin decir nada. Caminamos cerca de una hora hasta ya no poder más.
-detengámonos aquí – le dije, no lo podía ver muy bien pero si oír – tienes frio? – le pregunte mientras le indicaba a Albrecht que se recostara para acomodarme en el.
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Cuando llegamos el me pregunto si tenia frio, la verdad es que si que tenia frio, ya había oscurecido y la noche era helada , nunca había pasado una noche fuera del castillo, seguramente todos estarían buscándome y mi padre estaría histérico. “nunca había visto las estrellas tan bonitas” pensé mientras miraba al cielo.
-Si tengo un poco de frio, nunca estuve fuera toda una noche -le dije a aquel muchacho.
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Al igual que el nunca había pasado fuera una noche. Mis ojos se acostumbraron un poco a la oscuridad y pude ver un poco su silueta cerca de mi. Sin decirle nada más lo tome del brazo jalándolo para que se acostase a mi lado. Me habían enseñado a no ser muy amable con la gente pero es que era un niño o por lo menos para mi lo era. Cayó sobre mí y lo cubrí con mi capa.
-ahora no tendrás tanto frio – le dije y aunque el no se diera cuenta le sonreí. Podría sentir un aire tibio en mi cuello supongo que estaba sorprendido.
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Me quede mirando a Yuya para esperar que me dijera algo pero sin embargo no dijo nada, mayor fue mi sorpresa cuando me tomo del brazo acercándome a su cuerpo y me cubrió con una capa, no pude quitar la vista de el, se veía muy lindo con la luz de luna en su rostro, en eso sentí un ardor en mi rostro, cuanto mas lo veía mas guapo me parecía. Cerré los ojos en su pecho y sin pensarlo lo abrace fuertemente, ni siquiera yo sabia por que lo había abrazado, simplemente sentía la necesidad de hacerlo, era la primera vez que sentía esto hacia alguien, seguramente seria la inseguridad y el miedo que tenia de estar lejos de mi reino.
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Me quede dormido al poco rato después de que me abrazara, esa fue la primera noche que pude dormir realmente tranquilo sin pensar en aquel tipo que quiso asesinarme.
Podía escuchar a los pájaros deduciendo que ya había amanecido. Albrecht se puso de pie tan rápido que mi cabeza dio con el piso. Yuri se despertó mientras yo me quejaba del dolor y maldecía por mis adentros.
Abrí los ojos poco a poco hasta dar con su mirada posada sobre la mía. Extrañamente tenia las mejillas sonrojadas pero no le tome mucho en cuenta y sobando mi nuca me puse de pie.
-maldición! Albrecht no vuelvas hacer eso! – le reproche a mi caballo, este solo relincho y lo tome como una burla. Mire al chico que justo se ponía de pie – dormiste bien? – le pregunte mientras recibía mi capa que la tenia el.
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Me desperté mejor que nunca, era la primera vez que dormía fuera de mi cómoda cama y sin embargo dormir en el suelo no fue tan malo, la presencia de ese chico me hizo sentir bien.
Lo veía quejarse aun mientras sobaba su cabeza, su caballo al parecer se divertía con su sufrimiento y no pude evitar reír.
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Lo mire molesto al verlo reír pero mi rostro cambio al verlo, se veía hermoso.
-Yuri es tu nombre verdad? – le pregunte y el asintió aun son una sonrisa en sus labios – y que haces? Quien es tu padre? – me acerque a mi caballo para montarlo.
Se quedo callado unos momento, lo mire y se veía pensativo mientras miraba el piso.
-el hijo del herrero – respondió después de montar su caballo. – y tu Yuya quien eres – si quiera me miro. Por lo que demostraba estaba mintiendo, yo no tenia ningún problema en decirle quien era realmente pero mejor dejar las cosas así.
-el hijo del herrero – le mentí.
El silencio se hizo presente en todo el camino. Mentiría si decía que me sentía incomodo, su presencia me hacían sentir bien y sus repentinas preguntas de que cosas hacia me alegraban el momento.
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Logramos salir del bosque y había dos caminos para tomar.
Pero lo que yo no quería que pasase estaba a apunto de suceder, al parecer ambos teníamos que tomar rumbos diferentes de vuelta a nuestros hogares, aunque yo estaba seguro que no olvidaría su rostro y me costaría sacarme de la mente a aquel chico con el cual pase mi primera noche fuera.
-Espero que algún día nos volvamos a ver - le dije sonriéndole y acto seguido me fui a todo galope con mi caballo en busca de algún lugar conocido que me permitiera volver a mi reino.
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Lo vi partir sobre su caballo. Había sido agradable estar con el y al igual que él también esperaba volver a verle.
Con Albrecht comenzamos a buscar un camino de regreso pero para mi sorpresa no estaba tan perdido. Podría ver el castillo desde lejos. Galope hasta llegar. Papá estaba muy enfadado y mamá lo único que hacia era besarme el rostro.
-no saldrás de tu habitación hasta que te levante el castigo! – me grito papá realmente enfadado. Mamá trato de calmarlo pero sin lograrlo salieron de mi habitación. Ahora era yo el que estaba molesto por quedarme aquí encerrado.
Me tire sobre la cama sintiendo las suaves sabanas en mi rostro. Ese chico… no podía olvidar su sonrisa.
-espero que haya encontrado el camino – susurre mirando la alcoba. Poco después me quede dormido.
“Tenia en las manos una daga, veía como la sangre goteaba de ella. Mire mis manos y la sangre la tenia por todas partes asustado mire hacia abajo. Estaba sobre una persona pero no podía saber quien era, el cabello le cubría el rostro. Lo vi mover sus labios tratando de hablar y cuando me acerque pude escucharlo claramente decir mi nombre.
-Yuya… ”
Desperté exaltado, estaba soñando, tan solo era un sueño pero se veía tan real.
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Cuando partí con el caballo sentí un vacio en el pecho que antes no había sentido, yo mismo no sabia que era pero se sentía extraño , galopee durante horas hasta que por fin pude encontrar un camino que ya se me hacia conocido. Al poco pude divisar el castillo, pero ni bien llegué los soldados se pusieron como locos, ni que hubiese desaparecido por semanas, solo me ausente un día y así se ponen?? Eso demuestra que todavía no me tienen la confianza suficiente.
Mi padre salió como un loco corriendo del castillo, yo me baje del caballo y lo primero que hizo fue lanzarme una bofetada delante de todos los presentes, lo mire con mucha rabia, me acababa de dejar en ridículo delante de una multitud de soldados.
-Como se te ocurre desaparecer así? no sabes lo preocupado que estuve por ti! ahora mismo muchos soldados siguen buscándote! - grito mi padre muy enfadado, en eso vi salir a mi madre, que ni bien me vio me empezó a tocar como si no se lo creyera el que yo estuviera ahí
-Hijo! estuve muy preocupada por ti.- dijo abrazándome muy fuerte, yo me solté de inmediato.
-No os estáis pasando un poco???!!... solo me ausente un día! y estoy bien!.. que no comprendéis que ya no soy un niño!.- les dije gritando y entre corriendo al castillo, detrás mío entro mi padre hecho una furia y antes de que yo llegue a mi habitación me cogió de la capa.
-Esta es la ultima vez que permito que te escapes! a partir de ahora tendrás mas seguridad - y sin mas se fue dándome la espalda... esto era lo peor que me podía hacer, no constante con dejarme mal delante de todos ahora tendré mas seguridad para que todos con mas ganas piensen que soy un hijito de papa!
-esto es lo peor!!!.- dije pegando un grito y echándome en mi cama.
Al poco fui tranquilizándome pero dé repente la imagen de aquel chico se me vino a la mente.
-Que habrá sido de aquel chico? habrá llegado a salvo a su hogar?..-me puse a pensar recordando su pelo marrón, su rostro, su cuerpo... era tan guapo!
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Me incorpore sobre la cama, no tenia deseos de estar encerrado así que me acerque a la puerta pero estaba cerrada, no lo podía creer, como pudo mi padre atreverse a encerrarme?
Sin ninguna otra opción me acerque a uno de los muebles y con fuerza lo corrí.
-bien, no voy a quedarme aquí todo el tiempo verdad? – entre por el agujero que me llevaría a uno de los salones principales del castillo pero tomar ese camino seria arriesgado por lo que tome el otro que me llevaría hasta los jardines. Esto tenia salida a muchas partes del castillo pero este era el problema del porque ya no usaba tales pasadizos, eran muy estrechos y bajos para mi estatura actual.
-si tengo suerte papá no se dará cuenta de mi ausencia por lo menos dos horas – dije feliz al salir de entre los arbustos que cubrían el agujero por donde salí.
Suspire aliviado por haber salido de mi habitación pero mi tranquilidad fue interrumpida al escuchar unos pasos acercarse, volví atrás escondiéndome entre los arbustos.
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Al poco me quede dormido, en eso pude notar que los soldados se estaban preparando para algo..sin mas salí corriendo de mi habitación y fui donde mi padre.
-Que es todo esto?..-le pregunte..-por que los soldados están con sus caballos?? A donde van todos??.- pregunte sin entender que es lo que pasaba.
-No es asunto tuyo, regresa a tu habitación.- me respondió cortante disponiéndose a salir del lugar pero lo detuve antes de que diga mas.
-Vais a atacar algún reino verdad?? Quiero ir!! Déjame demostrarte que soy fuerte!! Por favor!!!!.- dije intentando convencer a mi padre.
-El enemigo es muy poderoso y tu no estas preparado para una guerra! no iras!.- dijo mi padre fríamente.
-Por favor!! Quiero que puedas confiar en mi!!.- dije casi llorando.. en eso mi madre interrumpió..
-Déjalo ir! el quiere demostrarte su valentía y ya es hora de que lo haga.- dijo mi madre.. mi padre no le quedo otra que aceptar aunque sabia que esto era uno de los mayores enfrentamientos que tendría...ya que aquel reino era su enemigo desde hace mucho....por fin le íbamos a declarar la guerra y yo estaría al mando, así que me prepare con mi armadura, monte a mi caballo y fui en cabeza de todos mis soldados muy armados para el desafío... mi madre se despidió a lo lejos con cara de preocupación...
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Dos soldados pasaban y por lo que pude ver iban armados, no era novedad verlos así pero al escuchar lo que hablaban no podía creerlo. Una guerra? Normal de mi padre querer conquistar más tierras pero la guerra la había declarado otro reino.
Prediciendo lo que pasaría volví lo más rápido posible a mi alcoba y en el momento en que movía el mueble mi padre entro por la única puerta de la habitación.
-yuya! – me voltee al momento en que me grito asustándome – alístate, vendrás conmigo.
No fue necesario preguntar y tampoco se veía con ganas de responder para explicarme el porque, de seguro aun seguía molesto conmigo.
Seguí sus pasos por los amplios pasillos del castillo.
-Keito que pasa? – le pregunte a un chico que se me había acercado para pasarme una armadura, quería salir de las dudas.
- Luvinagard nos ha declarado la guerra – fruncí el seño, ahí vivía el rey el cual mi padre despreciaba. Sin esperar mas me puse la armadura y salí del castillo montando a Albrecht, daría todo de mí para que saliéramos victoriosos en la guerra.
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Ya estábamos llegando a territorios enemigos cuando pude divisar a lo lejos una armada de soldados. Eran demasiados! se venían a por todos! Por dentro sentía algo de temor pero a la vez me sentía emocionado ya que era la primera vez que lucharía al mando de tantos soldados.
Ni bien cruzamos el territorio nos quedamos cara a cara con nuestros rivales, al parecer también había alguien al mando de la otra tropa.
“Ese caballo se me hace conocido...” pensé
-aunque bueno todos los caballos son iguales..-dije para mi mismo empezando a concentrarme en lo que era mi misión! Tenia que dar la voz para que todo comenzara, así que a la cuenta de 3 di el grito y la guerra empezó...el caballo blanco que se encontraba al mando de la otra tropa vino directo a por mi, se daría cuenta que soy el príncipe de mi reino y venia a atacarme! así que sin mas empecé a atacarlo también..no podía ver su rostro por su armadura..pero si es un príncipe que felicidad me va a dar rajarle su rostro y dejarle una bonita marca!
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Todo fue tan rápido, estaba a la cabeza de los jinetes y luego todos yéndonos contra los de Luvinagard que fueron los que comenzaron con el ataque. Me dirigí a la persona que tenia armadura diferente a los demás. Ese emblema era de la realeza. Suponiendo que era el Rey lo ataque botándolo del caballo.
Me concentre solo en él alzando mi espada para atacarlo pero se giro en el suelo y se puso de pie.
El sonido de las espadas era tan fuerte junto con los gritos de batalla.
Torpe de mí al descuidarme cuando lo vi retroceder, se había lanzado causando un corte en mi brazo izquierdo el cual comenzó a sangrar al instante, ahora la punta de su espada tenía mi sangre.
Venganza, venganza era lo único que quería. Di un gran grito y también le hice un corte pero en su pierna, ahora estamos iguales, los dos heridos. Definitivamente este no era el rey pero seguro era su hijo mayor.
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Sentí un dolor inmenso al sentir la espalda del otro caballero traspasar mi armadura haciéndome un corte profundo en la pierna, era la primera vez que me herían, pero aun así yo no me rendiría, seguiría luchando aunque mi vida este en juego así que sin mas le hice otro corte al otro sujeto. En eso cuando iba a clavarle mi espada varios sujetos me cogieron por la espalda y me sacaron del lugar a la fuerza llevándome sobre un caballo.
Empecé a gritar como un loco para que me soltaran pero ellos solo ponían mas fuerza y el dolor de mi pierna ya era insoportable
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Repentinamente los mejores hombres de mi padre se lo llevaron. Esta batalla era nuestra. Después de matar unos cuantos silbé llamando a mi caballo, lo monte y volví al castillo.
Desde la entrada se podían escuchar los incesantes gritos. Me acerque a los que sostenían al chico y lo tome del casco, me quite el mío y lo mire con desprecio.
-déjame ver tu cara antes de degollarte – le dije con frialdad y se la quite.
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Cuando los hombres me cogieron me metieron al castillo, al poco rato apareció el otro caballero armado que cuando vi que se quitaba el casco me quede anonadado.
No puede ser!!!.- dije para mi mismo, es el! Mis ojos me estaban jugando una mala pasada! no lo podía creer!.. En eso el me quito el casco a mi también y la cara que se le quedo al verme fue tan sorprendente como la que tenia yo..Los soldados que lo escoltaban tenían una expresión confusa al vernos.
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-No puedes ser tú… - susurre con miedo. No podía estar pasando esto. El destino no podía hacernos esto.
Continuará...
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Exijo la contii!!!
ResponderEliminarwaaa!! ;O; que malas son yuukis, lo dejan justo en la parte mas interesante ;_;
dios mio!!!! un fic de las dos yuuki....waaaaaaa!!1
ResponderEliminarcontinuacionnn!!!!
kyaaaaaaaaaa me encanto, no habia tenido tiempo de leerlo pero les quedo increible.
ResponderEliminaromedetto a las dos.